¿Cómo desarrollo mi atención y concentración ?
Para aprender debemos prestar atención a un estímulo
concreto y gracias a la concentración logramos mantener esa atención el
suficiente tiempo para procesarlo, integrarlo en nuestro conocimiento y
posteriormente aplicarlo cuando lo necesitemos.
Por lo tanto, tanto atención como concentración son pilares básicos en el proceso de aprendizaje, ya que sin concentración es prácticamente imposible aprender algo, por tanto, la concentración es imprescindible para el aprendizaje.
Junto con la memoria, motivación y la comunicación es la atención una de las bases fundamentales del aprendizaje así como en el propio rendimiento académico de los alumnos. Por ende la finalidad es orientar y facilitar el
proceso de ayuda y refuerzo que la familia puede desarrollar en casa, ofrecemos
algunas pautas y actividades que permiten trabajar y potenciar la capacidad de
la atención y concentración.
1. Evitar distracciones.
Prescindir de todo aquello que pueda distraer la atención del niño: problemas
personales, de familia, falta de objetivos, ruidos, etc.
3. Centrar la mente:
Para estar a pleno rendimiento, la concentración requiere un calentamiento
previo, que puede consistir en dedicar unos minutos (no más de cinco) a tachar
algunas letras (elegir alguna) de una hoja de periódico. A continuación, puede
pasar a hacer la actividad programada.
4. Trazar metas y objetivos: Es muy importante que el niño tenga claras las metas a alcanzar. Cuando queremos algo de verdad y con fuerza, movilizamos muchos de nuestros recursos para tratar de alcanzarlo. Por tanto, si el niño tiene claro su objetivo en el estudio, más de su parte pondrá para conseguirlo.
Por lo tanto, tanto atención como concentración son pilares básicos en el proceso de aprendizaje, ya que sin concentración es prácticamente imposible aprender algo, por tanto, la concentración es imprescindible para el aprendizaje.
Junto con la memoria, motivación y la comunicación es la atención una de las bases fundamentales del aprendizaje así como en el propio rendimiento académico de los alumnos.
2. Marcar tiempos. Es necesario
establecer un tiempo para realizar cada tarea o actividad y que se exija
realizarla en el tiempo previsto.
4. Trazar metas y objetivos: Es muy importante que el niño tenga claras las metas a alcanzar. Cuando queremos algo de verdad y con fuerza, movilizamos muchos de nuestros recursos para tratar de alcanzarlo. Por tanto, si el niño tiene claro su objetivo en el estudio, más de su parte pondrá para conseguirlo.
5 . Intercalar descansos: El
proceso de atención sigue una curva que suele decaer con el tiempo. Por ello,
es conveniente intercalar descansos para recuperar la concentración.
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