El control de la respiración
La respiración es necesaria para vivir y para mantener limpia la sangre. Una incorrecta respiración produce problemas de irritabilidad, fatiga, falta de atención, y problemas o perturbaciones en el lenguaje hablado.
Los ejercicios de soplo se realizan para ayudar a controlar la respiración y para ser conscientes del acto de respirar. El habla se produce en la fase de espiración, al sacar el aire, si no existen problemas respiramos y hablamos con normalidad, pero si existe alguna dificultad para respirar o bien dificultades o situaciones que alteran la respiración aparecen dificultades en el lenguaje hablado: voz temblorosa, omisión de fonemas, sustitución de fonemas, perturbaciones gramaticales de orden o de construcción, tartamudeces esporádicas, etc.
En los niños pequeños o menores de ocho años los ejercicios de soplo además de ayudar a controlar la respiración, ayuda a entrenar los músculos que participan en el habla, especialmente los músculos bucinadores que son los que están en la mejilla y son los que se utilizan para soplar y silbar.
Los ejercicios basados en el soplado, el soplo, tienen como finalidad general:
- Aprender o mejorar la respiración para el habla
- Aprender a manejar y controlar el aire al hablar
- Mejorar y controlar la voz
- Mejorar o entrenar el sistema muscular que participa en el acto de hablar
- Mejorar las articulaciones y la pronunciación
- Afianzar fonemas o reeducarlos
Los ejercicios de respiración-soplo pueden tener otras finalidades que son las que dicta el logopeda en las sesiones específicas con los pacientes en grupo o individual.
Los ejercicios de respiración y soplo se programas normalmente para sujetos con:
- Dificultades en el habla (retraso del habla …)
- Trastornos de la voz (disfemias …)
- Trastornos fonéticos (dislalias…)
Y en otros trastorno no relacionados con el lenguaje pero que pueden dificultar el habla
- Trastorno de ansiedad
- Trastornos emocionales
Se aplica también en las personas que presentan un estilo comunicativo perturbado como puede ser: tendencia a elevar el tono de voz cuando hablan, voz excesivamente ronca, timbre soplado, voz baja, etc., estilo comunicativo que en algunos niños y adultos refleja labilidad emocional.
En niños pequeños, menores de siete años, y en los que tienen dificultades para soplar se recomienda que realicen primero un programa para aprender a soplar, y en una segunda fase que utilicen el soplo fonético o soplo con fonemas.
Los ejercicios de soplo son muy adecuados para promocionar el control voluntario de la salida del aire y favorecer la pronunciación o reeducación de la pronunciación voluntaria y consciente.
Es importante que los niños que tienen alguna dificultad y vayan a realizar ejercicios de soplo los realicen en logopedia, en psicomotricidad o en su casa asesorados por un profesional que les recomiende cuales son los ejercicios adecuados para ese niño, el tiempo, la duración y el tipo de ejercicios.
Los niños que no tienen problemas pueden realizar ejercicios de soplo como entrenamiento del aparto oral, sin excederse y controlando el tipo de respiración que realizan, ya que un sobreesfuerzo en estos ejercicios puede producir apneas o cansancio y fatiga.
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